martes, 8 de septiembre de 2015

Relato-Confesión I

Viernes, 13 de enero 1966

Este es un recuerdo de cuando era pequeño, cuando aún mis padres vivían, lo que sucedió ese día nunca lo podre olvidar:

Hacia un frio terrible, a mí desde pequeño siempre me encanto jugar en la nieve. Pero por ese maldito frio no pude salir a jugar, estaba en la cabaña con mi padre y madre, soy hijo único, por eso siempre me mimaban, en la casa no se podía hacer más que ayudar en las labores del hogar, ese día no tenía ganas de hacer nada; recuerdo que mis padres a regañadientes me hicieron curtir las pieles de los animales que día anterior fuimos a cazar con mi padre; el tiempo parecía hacerse eterno, terminando el encargo, me puse a mirar por la ventana; de repente algo llamo mi atención, trate de enfocar parecía un saco, pero al fijarme detenidamente supe que se trataba de un hombre, o al menos eso creí.
Indique a mis padres lo que vi -fue el peor error que cometí- ellos salieron a rescatarlo, recuerdo se pusieron abrigos de piel. Mi padre bebió un poco de su bebida favorita el vodka, y salieron.

No se encontraba muy lejos debió ser unos trecientos metros, yo me quede dentro la cabaña, pero por curiosidad seguía observando por la ventana…veía como ellos se acercaban a paso firme rompiendo el viento gélido…

Después se quince minutos será, se acercaron a ese extraño objeto…
Ahí fue donde paso todo…

Ese hombre que creí, se levanto era más alto que mis padres,  sus patas eran como de una cabra, tenía brazos largos con terminaciones óseas en punta, lo más extraño y que aún no puedo entender es que llevaba una capa de color verde desgastada….

Y así fue como perdí a los seres que más amaba. Hundió en ellos sus largas y huesudas garras, manchando la nieve de rojo, desgarrando su carne… yo miraba asustado, no sabía qué hacer si correr hacia ellos o escapar; de repente esa maldita criatura clavo en mí su mirada, sus ojos negros, gruñía, pensé que vendría a por mí. Pero no se alejó corriendo a bosque hasta que lo perdí de vista.

Me puse un abrigo y corrí por mis papas, en el lugar del acto no había nada, ni los cuerpos…nada!!!!

No comprendo donde están, si siguen vivos, si están muertos…no sé nada de ellos…solo sé que esa criatura no volvió.

Fui a parar a un orfanato, nadie creyó mi historia me tomaban por loco, esa es la razón por la que siempre fui solitario, sin amigos…me case tuve lindos hijos, nietos…


Ahora que ya tengo 59 años aún tengo la ilusión de encontrarme con mis padres de nuevo…